Es hora del último adiós, después de mucho luchar, finalmente seguir adelante.
Muchas veces creemos que tenemos algo superado, cuando en realidad seguimos aferrados al pasado. Matamos el tiempo con banalidades pero en el fondo sabemos que seguimos esperando. Esperando que todo vuelva a ser como antes, esperando encontrar una solución a algo irreparable, esperando volver atrás. Después de mucho pensar y repensar. Después de recordar, de llorar, de arrepentirme, de culparte y culparme, después de todo eso y más, te dejo ir. No es para nada fácil, por momentos incluso parece imposible. Pero llegó el momento de tomar una decisión. Elegirte a vos, un recuerdo, un fantasma. O elegirme a mí, poder volver y retomar mi vida. Volver a buscarme a mí misma, a recuperar todo eso que creí perdido. Después de tantas recaídas, de tanta superación, de tantas lágrimas, risas. Después de sentirme la más estúpida, la más desubicada, la más fuerte, la más débil, olvidada, superada… después de tanto intentar encontrarme en alguien más, me miro al espejo. Me enfrento a mi misma y me vuelvo a elegir. Después de tanto tiempo mirando a un costado, hoy me elijo a mí. Ya me cansé de negarme, de esconder todo lo que siento debajo de la alfombra. Sé que hay sentimientos que nunca se irán, ahora sé que hay personas que nunca olvidaré. Hoy lo acepto, pero sigo adelante.
Le digo adiós a esas tantas fantasías que imaginé, a todas esas posibilidades. Adiós a todo lo que pensé posible y luego imposible. A todo eso que sentí tan cercano y seguro, pero que luego me hizo cuestionarme absolutamente todo. Adiós a esa eterna excusa para volver a recaer. Adiós a este cuento de hadas sin final feliz. Adiós a esos tantos fantasmas.
Gracias por quererme, gracias por lastimarme. Gracias por enseñarme tantas cosas, por hacerme ver que si me caigo puedo levantarme todas las veces que sea necesario. La vida da muchas vueltas y quién sabe si nos volveremos a cruzar.
Pero hoy te digo adiós, que seas feliz.
Yo haré todo lo posible por serlo.
